viernes, 11 de abril de 2014

Sexualidad en la Adolescencia

Los padres tenemos la obligación de educar a nuestros hijos respecto a la sexualidad.  Muchos padres se sienten incómodos o no saben cómo abordar el tema dejando a sus hijos vulnerables en este terreno.  Lo que puede ocurrir es que acaben siendo informandos por personas que no tienen el mejor interés para ellos y terminen engañados o mal aconsejados.  Si esta situación ocurre estaremos en un problema mucho más grave que el que teníamos originariamente que era educarlos sobre sexualidad.  Los padres no podemos desligarnos de nuestras responsabilidades.  Para muchos padres es un tema difícil de abordar pero esto no es excusa para no tomar el rol de educadores que nos corresponde. 

¿Cuándo está listo un adolescente para perder su virginidad?  Si bien no hay una edad adecuada para perder la virginidad, si hay consideraciones a evaluar para saber si nuestros jóvenes están preparados para dar este paso significativo.  Tener relaciones sexuales puede resultar en contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS) causadas por bacterias, parásitos o virus.  Las ETS son infecciones que se adquieren por tener relaciones sexuales con alguien que este infectado.  Si el adolescente padece de ETS causado por bacterias o parásitos, se puede tratar con antibióticos u otros medicamentes.  Si padece de ETS causado por un virus, no hay curación.  Adicionalmente, tener relaciones sexuales puede causar embarazos no deseados.  Por consiguiente, si el adolescente no está capacitado de tomar las medidas necesarias para evitar contagiarse de ETS o evitar un embarazo, claramente no está preparado para tener relaciones sexuales.
El tema de control de ETS y embarazos es solo el primer paso a evaluar.  El siguiente paso es evaluar la madurez emocional del adolescente.  Los adolescentes están en proceso formación.  Se encuentran en una etapa de sus vidas donde están explorando formas de vivir y valores distintos a los conocidos en su hogar.  Comienzan a dudar de lo que creían cuando eran pequeños.  De allí que experimentan dudas, inseguridades, presiones, incertidumbres propias del proceso.  Como consecuencia de este proceso de maduración, los adolescentes suelen no ser conscientes de sus inseguridades, por consiguiente, puede confundir los motivos por los cuales quiere tener relaciones sexuales. Concretamente, pueden no ser conscientes que las verdaderas razones subyacentes de su motivación por tener relaciones sexuales sean sentirse seguros, poderosos, valientes, que pertenecen, populares.  Ninguna de esas razones es una razón adecuada por la cual tener relaciones sexuales.  Peor aún, si el adolescente tuviera relaciones sexuales motivado por cualquiera de esas razones, se alejaría aun de su objetivo de sentirse popular, valiente, audaz, canchero, poderosos. Por el contrario, incrementaría sus inseguridades.  De alli que es fundamental que dialoguemos con nuestros hijos.  Tenemos que conversar sobre este tema para ayudarlos a elegir.  No queremos que nuestros hijos vivan una experiencia sexual no deseada a una temprana edad porque puede dejarles huellas irreparables.
Otro aspecto a tener en cuenta respecto a cuándo tener o no relaciones sexuales son los valores, las creencias, los principios de los padres.  Hay padres que consideran que es importante esperar a tener relaciones sexuales hasta el matrimonio, otros piensan que sus hijos deberían tener relaciones sexuales con alguien con quien hayan cultivado una relación de amor y el respeto.  Cualquiera sea el motivo por el cual los padres valoran que sus hijos esperen a tener relaciones sexuales, tienen que comunicárselo claramente a sus hijos.   El dialogo que los padres tienen que tener con sus hijos debería basarse en explicarles las razones positivas por las cuales los padres sostienen una determinada postura.  No es recomendable y es hasta contraproducente, criticar otras posturas. Si los padres pueden explicarles, sin imponer, los aspectos positivos que hay detrás de su punto de vista mostrándoles los beneficios de dicha mirada es posible que sus hijos puedan entenderlos y, eventualmente, incorporar esta misma postura como propia.  Concretamente, se les puede explicar lo que significa para los padres el compromiso del matrimonio o el  marco que brinda tener una relación estable con alguien.  Tambien se les puede explicar que lleva tiempo cultivar una relacion de cariño, cuidado y respeto y la importancia de contar con una relación con estas características antes de tener relaciones sexuales. 

Si bien tenemos que dialogar e ir mostrándoles el camino que para nosotros es el adecuado, también tenemos que recordar que nuestros hijos no son adultos todavía, están en proceso de maduración.  Por las consecuencias que la sexualidad puede traer, es crítico que los padres supervisen y monitoreen a sus hijos adolescentes permanentemente.  Puede ser que sus hijos se sientan molestos al ser controlados pero esta no es excusa para los padres para no hacerlo.  Los padres tienen que poder responder en cualquier momento del día donde están mis hijos, con quien están y que están haciendo.  Finalmente, los padres no tienen que olvidarse en hacer sentir especiales a sus hijos.  Esta es una tarea que tenemos que hacer día a día.  ¿Es nuestra casa el hogar de nuestros hijos? ¿Reciben nuestros hijos ese calor de bienvenida cada vez que llegan a su casa? ¿Es nuestra casa un espacio donde nuestros hijos descansan de presiones, competencias y exigencias exteriores?  Cuidemos que nuestro hogar sea el refugio para nuestros hijos, que sea ese lugar que los abraza cada vez que llegan, que sea ese espacio donde se sienten mirados, escuchados, entendidos.  Si este es el ambiente que les estamos brindando a nuestros hijos es muy probable que nos escuchen, que nos pidan ayuda.  No queremos que nuestros hijos queden a la merced de personas desconocidas que no tienen el mejor interés de ellos.

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