viernes, 11 de abril de 2014

Los adolescentes y el estres

Hoy en día los adolescentes tienen que vivir situaciones de mucha presión. Los colegios son cada vez más exigentes dado que buscan tener ex-alumnos estudiando en las mejores universidades. El ingreso a las universidades es sumamente competitivo.  De hecho, los adolescentes cada vez empiezan a prepararse antes para rendir los exámenes de ingreso.  A esto se suma la presión social que viven los adolescentes donde  el pertenecer a un grupo y destacarse son valores sumamente buscados por ellos y esto genera una gran presión.
El adolescente esta en proceso de desarrollo, buscándose a si mismo, descubriendo sus capacidades, probando hasta donde puede, investigando que le gusta.  Mientras el adolescente esta en este proceso de desarrollo tiene que cumplir con presiones y obtener resultados concretos que se les exige.  El adolescente sigue siendo un niño en muchos aspectos teniendo que responder como adulto.  El adolescente tiene que liderar con el mundo exterior de la forma que lo hacen los adultos pero sin contar todavía con los recursos emocionales y de maduración que los adultos tienen. Esta situación es sumamente estresante para estos jóvenes.
El estrés puede impactar no solo cuestiones físicas dado que se deteriora el sistema inmunológico sino también patrones de conducta.  El adolescente si no toma medidas de cambio respecto al estrés que vive corre el riesgo de sistematizar patrones de conducta no saludables para enfrentar situaciones de presión. La adolescencia debería ser vivida como la oportunidad para aprender a manejarse en el mundo adulto real.
Los padres deberían monitorear a sus hijos observando si ven signos que podrían indicar que sus hijos tienen estrés. Primero, deberían observar su estado físico, evaluar si están durmiendo y descansando lo suficiente, si están comiendo sano, si tienen síntomas físicos (dolor de cabeza, estomago). Luego, observar su calidad de vida, si tienen vida social y si tienen una vida activa. Por último, observar su estado de ánimo, si los ven nerviosos, ansiosos, tristes.  Todos estos pueden ser signos indicativos que su hijo esta estresado.  Más allá de monitorear a los adolescentes, es importante el dialogo dado que los padres pueden darse cuenta claramente si su hijo tiene estrés a través de lo que comunican.  Un adolescente con estrés va a hablar de sentirse presionado, de no poder dormir, de no querer salir a ver a sus amigos, de estar nervioso, con dolor de cabeza, etc.. Basta que prestemos atención a lo que nuestros adolescentes dicen para darnos cuenta como se están sintiendo.
Los padres pueden ayudar a los adolescentes empezando por facilitarles lograr una agenda balanceada.  Antes que nada, si los hijos adolescentes tienen una agenda más ocupada que los padres, estamos frente a un problema a corregir.  Tenemos que ayudarlos no solo con sus responsabilidades sino también a encontrar momentos de diversión y disfrute. También ayudarlos a tener una dieta saludable, descanso suficiente, vida activa y vida social. Por último, los padres deberían ayudar a los adolescentes a transitar los momentos de fracaso o decepciones.  La forma en que los padres acompañen a los adolescentes en estos momentos es clave.  Muchos adolescentes ante la adversidad tienden a tener pensamientos negativos para consigo mismo como por ejemplo: "yo no sirvo, yo no puedo, nada me sale, etc." Los padres tenemos que intervenir para evitar este tipo de dialogo interno negativo.  Tenemos que evitar estas generalizaciones negativas tan típicas de muchos adolescentes, algunas de las cuales tienen su origen en una exigencia desmedida de los padres.  Los adolescentes van a vivir situaciones de fracaso y, es allí, donde tenemos que ensenarles a enfrentar situaciones adversas.  La vida nos va a traer situaciones adversas en algún momento, como padres, es nuestro rol preparar a nuestros hijos para que puedan manejarlas con calma y no con estrés. Una situación en la que los resultados obtenidos no fueron los deseados no es más que una oportunidad para revisarla, evaluarla y determinar que se puedo haber hecho distinto.  Estas situaciones difíciles tienen que servir para que el adolescente salga fortalecido de dicha situación habiendo aprendido una lección para el futuro y no debilitado, abatido e inseguro.  Tenemos que dejarles muy en claro a nuestros adolescentes que un fracaso no los vuelve personas fracasados, que la perfección no existe y que la vida se trata de recuperarse de las caídas y no de pretender nunca caerse.   

Entrevista sobre "Adolescentes y el Estres" por Noticiero 47 Primera Edicion


No hay comentarios.:

Publicar un comentario