
Al hablar del tiempo que pasamos con nuestros hijos, tenemos que destacar que estar a su lado es necesario pero no suficiente. Nuestros niños necesitan no solo que estemos físicamente accesibles sino también emocionalmente disponibles. Si a una persona no se la puede interrumpir porque está ocupada entonces no está emocionalmente disponible aunque este físicamente al lado del niño. Si una persona está experimentando emociones de las que no puede "salirse" para conectarse con otra persona entonces tampoco está emocionalmente disponible. Es muy común ver padres que llegan a sus casas con mucho estrés imposibilitándolos que se conecten verdaderamente con sus hijos. En los momentos en los que, tanto madres como padres, se sienten abrumados, enojados, estresados o embebidos dentro de alguna emoción muy fuerte, son seña;es de alerta. Esta alerta esta indicando que los padres necesitan hacer una pausa para ellos mismos. Esta pausa es para poder darle lugar a esta emoción para sentirla y hacerla consciente. De esta forma, se suele abrir un espacio dentro de ellos permitiéndoles conectarse con otro, en este caso sus hijos.
Otra de las
barreras que los hombres tienen que soslayar, es las restricciones o
condiciones que a veces ponen las madres. Las madres suelen pasar más tiempo que los padres con sus hijos conociendo
en forma más detallada sus necesidades, gustos, preferencias, etc. Cuando los
padres son los encargados de cuidar a los hijos, es muy común que las madres
les dejemos una lista de tareas o requerimientos que tienen que tener en
cuenta. Suele ocurrir también que si los vemos resolviendo una tarea con
nuestros hijos de una forma que consideramos diferente a la nuestra, los
interrumpimos para indicarles como lo haríamos nosotros. No hay nada de malo
con ofrecer sugerencias y enseñar a los padres cómo resolvemos nosotras los
temas de nuestros hijos. Al contrario, esto puede ayudar a los padres a conocer
mejor a sus hijos y a facilitarles el vínculo con ellos. Sin embargo, el
problema ocurre cuando en lugar de sugerir o proponer, mandamos. Es aquí cuando
a los padres se les hace difícil participar más en la crianza de sus propios
hijos. Si los padres sienten que cuando se ocupan de sus hijos, se los critica
o se les impone actuar de una determinada forma, esto tiende a desincentivarlos a involucrarse cada vez más con ellos. Existen distintos estilos de crianza y
en esta diferencia radica la riqueza de la educación que podemos ofrecer a
nuestros hijos. Si los padres pudieran ofrecer unos a otros propuestas gentiles
mostrando nuevas o distintas posibilidades de enseñanza, no solo establecerían
un dialogo constructivo entre la pareja sino que, adicionalmente, enriquecerían
la formación de sus hijos.
Entrevista sobre "La Imagen Masculina en la Crianza de Nuestros Hijos" en el programa televisivo Buenos Dias Nueva York por Telemundo 47
Entrevista sobre "La Imagen Masculina en la Crianza de Nuestros Hijos" en el programa televisivo Buenos Dias Nueva York por Telemundo 47
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