Ser padres
significa ser proveedores. No solo tenemos un instinto a ser proveedores de
seguridad, abrigo, alimento sino también proveedores de bienestar, diversión,
distracción. De allí que cuando nuestros hijos nos piden juguetes muchas veces
se nos hace difícil decir que no. La realidad es que nuestros niños están
listos para pedirnos que les compremos algún juguete a todo momento. Entramos a
la farmacia, al supermercado, a la ferretería, al quisco y escuchamos la
pregunta: ¿mamá, me compras esto? No tenemos que tener miedo ni vergüenza a
decir que no ya sea porque no podemos o porque no creemos que sea conveniente
para nuestros hijos. Parte de nuestra función como padres es educar a nuestros
hijos respecto a las restricciones del mundo.
Independientemente del poder adquisitivo de cada familia, tenemos que
enseñarles a nuestros hijos el valor del dinero. Enseñarles el valor del dinero significa que
les explicamos que para comprar algo tenemos que pagarlo con dinero y, para
tener dinero, tenemos que trabajar. Es importante que entiendan que si no
trabajamos no tenemos dinero y, por consiguiente, no podemos comprar juguetes u
otras cosas como ropa, comida, vacaciones. Tenemos que explicarles que mientras trabajamos para obtener dinero para comprar las cosas que necesitamos, no podemos estar con ellos como nos gustaria. Estos son
conceptos básicos sobre los cuales tenemos que comenzar a hablar con nuestros
niños para que empiecen a entender cómo funciona el mundo real. Conversando de
estos temas simples, es como les vamos enseñando que todo no se puede.
Tenemos que estar preparados para la reacción de este aprendizaje. No podemos pretender que nuestros niños entiendan este concepto sin reacción o sin resistencia alguna. Cuando los niños comienzan a comprender sobre las limitaciones del mundo y que todo no se puede, muy probablemente se sientan frustrados, enojados, tristes, decepcionados. Como padres, esta es nuestra oportunidad para enseñarles a lidiar con estas emociones. El primer paso es permitirles sentirse de la forma que quieran: enojados, tristes, decepcionados. No hay nada de malo con estas emociones. Las emociones son únicas de cada individuo. Cada individuo vivirá esta experiencia de forma única e irrepetible. De allí que tenemos que respetar su forma de sentir y darles un espacio para poder expresarse sanamente. La mejor forma de expresión es hablándolo. Podemos decirles que entendemos que se sientan frustrados, enojados o tristes y que no hay nada de malo en sentirse de esa forma. Lo que si no podemos permitir es comportarse inadecuadamente por estar sintiendo estas emociones. No podemos permitirles pegar, romper, gritar. Estas son conductas inaceptables. Somos nosotros quienes les tenemos que enseñar la diferencia entre sentirse enojado y pegar. Sentirse enojado es válido, pegar no. Darles este espacio para que expresen sus emociones, lo que esta haciendo es darles un espacio para que “sean.” El permitirles “ser” es lo que ayuda a fortalecer su autoestima y, por consiguiente, les ayuda a poder sostener emociones negativas sin tener que reaccionar. Ahora bien, esto es un proceso largo. No basta con explicarles esto la primera vez a nuestros niños y esperar que lo aprendan. Esta es una lección que tenemos que repetir durante toda la vida del niño. Es a través de la repetición y consistencia que los niños van aprendiendo a valorarse a si mismos porque nuestros padres nos están valorando cada vez que nos validan nuestras emociones. Esta validación es la que fortalece su interior armándolos de recursos para tolerar sanamente emociones que no son agradables para ellos.
Tenemos que estar preparados para la reacción de este aprendizaje. No podemos pretender que nuestros niños entiendan este concepto sin reacción o sin resistencia alguna. Cuando los niños comienzan a comprender sobre las limitaciones del mundo y que todo no se puede, muy probablemente se sientan frustrados, enojados, tristes, decepcionados. Como padres, esta es nuestra oportunidad para enseñarles a lidiar con estas emociones. El primer paso es permitirles sentirse de la forma que quieran: enojados, tristes, decepcionados. No hay nada de malo con estas emociones. Las emociones son únicas de cada individuo. Cada individuo vivirá esta experiencia de forma única e irrepetible. De allí que tenemos que respetar su forma de sentir y darles un espacio para poder expresarse sanamente. La mejor forma de expresión es hablándolo. Podemos decirles que entendemos que se sientan frustrados, enojados o tristes y que no hay nada de malo en sentirse de esa forma. Lo que si no podemos permitir es comportarse inadecuadamente por estar sintiendo estas emociones. No podemos permitirles pegar, romper, gritar. Estas son conductas inaceptables. Somos nosotros quienes les tenemos que enseñar la diferencia entre sentirse enojado y pegar. Sentirse enojado es válido, pegar no. Darles este espacio para que expresen sus emociones, lo que esta haciendo es darles un espacio para que “sean.” El permitirles “ser” es lo que ayuda a fortalecer su autoestima y, por consiguiente, les ayuda a poder sostener emociones negativas sin tener que reaccionar. Ahora bien, esto es un proceso largo. No basta con explicarles esto la primera vez a nuestros niños y esperar que lo aprendan. Esta es una lección que tenemos que repetir durante toda la vida del niño. Es a través de la repetición y consistencia que los niños van aprendiendo a valorarse a si mismos porque nuestros padres nos están valorando cada vez que nos validan nuestras emociones. Esta validación es la que fortalece su interior armándolos de recursos para tolerar sanamente emociones que no son agradables para ellos.
Por último,
otra de nuestras responsabilidades como padres es enseñarles a nuestros hijos
que las personas tenemos muchas más necesidades que los bienes materiales. Esta
lección se las enseñamos regalándoles, en lugar de mas juguetes, más de nuestro tiempo. El compartir
calidad de tiempo con nuestros hijos les muestra el valor del compartir, del
pertenecer, del reconocimiento que son los bienes más preciados que un padre le
pueda regalar a sus hijos.
Entrevista sobre "Cómo Enseñar el Valor del Dinero a nuestros hijos" en el programa televisivo Buenos Dias Nueva York por Telemundo 47
Entrevista sobre "Cómo Enseñar el Valor del Dinero a nuestros hijos" en el programa televisivo Buenos Dias Nueva York por Telemundo 47
No hay comentarios.:
Publicar un comentario