La autoflagelación es un tema sumamente alarmante y
aterrador para los padres. La autoflagelación no es un intento de suicidio. La
autoflagelación es una forma de auto lastimar el cuerpo se ya sea con cortes,
quemaduras, golpes, arañazos. Las zonas que los jovenes se lastiman con mayor frecuencia
son brazos, muñecas, piernas y tobillos aunque también pueden lesionar otras
partes del cuerpo. Para lastimarse a sí
mismos suelen utilizar cuchillos, tijeras, agujas, fuego, afeitadoras o
cualquier instrumento cortante.
La pregunta más frecuente de los padres es por qué recurren los jóvenes a esta práctica. La respuesta a esta pregunta es muy difícil de comprender. Estos adolescentes están atravesando sentimientos de profundo dolor, tristeza, soledad, incomprensión y no encuentran forma de aliviar este tormento interno. Al causarse daño físico, el dolor fisico se hace presente "tapando" el dolor interno momentanemante. Podriamos decir que, de alguna manera, cambian el dolor interno emocional por el dolor exterior físico. El dolor fisico pareceria, entonces, "aliviarles" el dolor emocional porque mientras sienten el dolor fisico se "olvidan" de su dolor interno. El dolor físico es más tolerable que el interno. El daño físico exterior no es más que un reflejo de lo que estos adolescentes está viviendo internamente.
La pregunta más frecuente de los padres es por qué recurren los jóvenes a esta práctica. La respuesta a esta pregunta es muy difícil de comprender. Estos adolescentes están atravesando sentimientos de profundo dolor, tristeza, soledad, incomprensión y no encuentran forma de aliviar este tormento interno. Al causarse daño físico, el dolor fisico se hace presente "tapando" el dolor interno momentanemante. Podriamos decir que, de alguna manera, cambian el dolor interno emocional por el dolor exterior físico. El dolor fisico pareceria, entonces, "aliviarles" el dolor emocional porque mientras sienten el dolor fisico se "olvidan" de su dolor interno. El dolor físico es más tolerable que el interno. El daño físico exterior no es más que un reflejo de lo que estos adolescentes está viviendo internamente.
Esta práctica es sumamente grave por las consecuencias
que acarrea. Desde el punto de vista físico, estos adolescentes se están
exponiendo a riesgos de infecciones o enfermedades bacterianas. Desde el punto
de vista emocional, estos niños sienten mucha vergüenza por lo que hacen y por
sus marcas en el cuerpo llevándolos a aislarse cada vez mas de la
sociedad. Adicionalmente, esta práctica
encierra el peligroso riesgo de transformarse en una adicción. Las adicciones
tienen la característica de proveer un
aparente beneficio de corto plazo. Es este beneficio de corto plazo lo que hace
que las personas adictas continúen con la adicción. Tal es el caso de drogas,
cigarrillos, alcohol. En el caso de la autoflagelación, la dinámica es similar. El adolescente al lastimarse puede por un momento “correrse” de la pesadilla
interna que está viviendo. De allí, que estos adolescentes tienden a generar
una adicción con esta práctica siendo extremadamente difícil erradicarla.
Los padres que sospechan que sus hijos o hijas se
están auto lastimando, deben observar con mucha atención si se aíslan
frecuentemente, si encuentran manchas de sangre en su ropa, si usan
permanentemente mangas largas aun en días calurosos. Los padres que saben que sus hijos o hijas se
auto agreden, deben, primero, consultar a un médico para evaluar las heridas y,
luego, comenzar un proceso psicológico urgente. Este proceso psicológico que el
adolescente va a comenzar no va a ser ir al psicologo solo un par de sesiones. No estamos en
presencia a una situación donde la niña o el niño esta queriendo llamar la
atención. Estamos frente a un problema sumamente grave que requiere una terapia
psicológica de largo plazo. Adicionalmente, la familia tiene que prepararse a iniciar una terapia
psicológica familiar. Se requiere del
involucramiento de toda la familia en este proceso si realmente se quiere
ayudar a salir a este niño o niña de esta situación tan dolorosa. Por último,
los padres y familiares tienen que acompañar el proceso con un corazón abierto
dispuesto a no juzgar, a comprender y empatizar porque estos niños están
sangrando mucho más por dentro que por fuera.